Al amor también se le pone cabeza
Una experiencia de amor romántico no es superior o más genuina por guiarnos siempre por nuestro sentimiento. De hecho, eso termina en desastre.
Quien me conoce sabe que casi el único contenido audiovisual que consumo viene en forma de reality show. Este tipo de programas buscan captar la atención de la espectadora en forma de chisme, y es por esto que la gran mayoría de ellos tienen que ver con los temas más morbosos de nuestra sociedad: parejas, sexo e infidelidad. Ahora bien, en la mayoría de realities que he visto sobre esta temática, me encuentro con la misma situación una y otra vez1:
Pepito y Pepita están en una relación y van a un programa para “poner la relación a prueba”: es decir, se exponen a estar en un contexto erótico-festivo con personas solteras a ver si “caen en la tentación”. Pepito le pone los cachos (o cuernos) a Pepita con Juana y, cuando Pepita le reclama, Pepito parece que pide que “le rebajen la condena” porque “Juana le gusta de verdad y lo hizo con el corazón, no por pensar con el pene” y porque “hizo lo que sintió en todo momento”.
Es más, si se da el caso de que ambos se pegan los cachos mutuamente, empieza automáticamente una batalla de quién lo hizo más “desde el corazón” y “porque le gustaba de verdad” la otra persona.
Porque el amor es eso, ¿no? Hacer lo que sientes en todo momento, tirarte al vacío, ir guiado por el corazón y sin cabeza. Spoiler: sale mal.
Reglas verbales vs. contingencias
Siempre que hacemos algo, lo hacemos por una de dos razones: por una regla o por una sensación. Cuando hacemos algo guiado por una sensación, satisfacemos esa sensación o nos quitamos una desagradable (por ejemplo, comer una hamburguesa que me apetece o rascarme para aliviar la picazón). Cuando hacemos algo guiado por una regla, lo hacemos a pesar de las sensaciones, normalmente por un beneficio mayor a largo plazo (por ejemplo, me levanto a trabajar todos los días porque es mi deber, tengo un sueldo a final de mes y a pesar de la pereza que tenga). A esto de las reglas le llamo yo “ponerle cabeza”2. Para el correcto bienestar, necesitamos tanto de corazón como de cabeza y es cuestión de saber cuando es mejor guiarse por una o por otra.
Si en el amor romántico nos guiamos solo por sensaciones, esto puede hacer que:
Revisemos el celular (o móvil) de nuestra pareja cuando nos sintamos inseguras o nos “olamos algo raro”.
Si nos guiamos por una regla, podemos hacer algo mejor para nosotras y para la relación a largo plazo, como hablar con nuestra pareja asertivamente y así no violar su privacidad.Le gritemos a nuestra pareja de rabia, le hagamos daño y después nos sintamos culpables.
Si nos guiamos por una regla, podemos autorregularnos y decirnos “mi misma, cálmate y después lo hablas mejor” aunque en ese momento nos salga gritar.No planeemos el regalo de aniversario de nuestra pareja porque nos da pereza buscar cosas en Pinterest.
Si nos guiamos por una regla, podemos recordarnos lo importante que son estos detalles para nuestra pareja y nos pongamos a preparar el regalo a pesar de la pereza.Le escribamos a nuestro ex porque lo extrañamos.
Si nos guiamos por una regla, mantenemos el contacto cero y nos ayudará a superar el duelo de una relación que sabemos que no funciona aunque lo extrañemos (que es normal).
Entonces sí, muchas veces las reglas son largoplacistas o señalan un bienestar superior al que te piden tus sensaciones, aunque sea un bienestar más tardío. Anticipar las consecuencias que tiene una regla es una muy buena manera de que la regla venza esas sensaciones. Y repito: las sensaciones no son malas, las cosa va de tener un equilibrio.
Les deseo una excelente armonía entre sensaciones y reglas. Buena suerte sabiendo cuando es qué y cuando es cuál, pero bueno, yo cumplo con contarles.
Les recomiendo un libro que he recomendado mil veces en mis redes sociales que inspiró esta entrada: Mujeres que ya no sufren por amor de Coral Herrera.
Para los que me preguntan sobre mi agenda de terapia: actualmente está cerrada, pero pronto planeo incluir nuevas terapeutas en mi equipo (de España y de Colombia) para que tomen sus casos :)
En mi último reel de Instagram hablo sobre la exclusividad como proceso activo (relacionado con el tema de hoy).
Pueden seguirme en mi Instagram, Twitter y TikTok :)
(Sobre todo en Instagram porque estoy tan orgullosa de mi consistencia en esa red social)
Hasta la próxima, mi gente <3
Como referencia, esta narrativa la he visto en: Falso amor de Netflix, todas las temporadas de La Isla de las Tentaciones (reality español), algunas temporadas de Too Hot To Handle de Netflix y muchos más que de momento no recuerdo. Recomiendo todos estos.
No estoy de acuerdo con la existencia de la dicotomía “cerebro vs. corazón” o “emoción vs. razón”, por muchas razones, pero principalmente porque no son excluyentes ni contrarios. Aquí lo utilizo para entendernos mejor.
Guauuuu, me ha petado la cabeza. Tenemos muy arraigada la creencia de que el amor puro y verdadero es que se tiene siguiendo el sentimiento, sin hacer caso a lo racional, que a veces te dice que ahí no tiene pinta de ser. Y nos obsesionamos, insistimos, porque oye, estoy siguiendo mi sentimiento... Y solo conseguimos sufrir más. Mil gracias por el post!!!!
Me ha encantado, nunca lo había visto desde ese punto de vista