¿Cómo sé si estoy en una relación recíproca?
En cualquier vínculo, la reciprocidad tiene que ver más con la percepción de balance, simetría y buena relación coste-beneficio que con dar y recibir literalmente lo mismo.
La reciprocidad1 en un vínculo no es una dinámica 50/50 (es decir, ambas damos la mitad y recibimos la mitad), por dos razones principales:
Es posible tener un vínculo donde ambas personas (o las que sea) perciben que reciben mucho más de lo que perciben que dan (es decir, a ambas les sale “barato” el vínculo, porque sienten que hay más beneficio que coste).
Lo anterior es posible precisamente porque lo que damos y recibimos es incuantificable, al ser relativo y depender de muchos factores.
No todas tenemos las mismas necesidades, preferencias o circunstancias. La manera en la que interactúan estas 3 variables (lo que necesito, lo que prefiero y mi contexto) hace que tengamos una percepción única sobre cómo valoramos lo que recibimos y el esfuerzo que nos supone dar.
Ejemplo extremo:
Diego y Pat son pareja, pero el verano lo están viviendo muy diferente. Diego tiene automóvil y tiempo libre porque actualmente está de vacaciones, mientras Pat está trabajando 8h diarias desde casa porque tiene un esguince en el pie. Aquí es bastante obvio que un 50/50 del tipo “Pat va a la casa de Diego 2 veces esta semana y Diego a la de Pat otras 2” no sería ni remotamente recíproco, aunque ambos estén “objetivamente” dando y recibiendo “lo mismo”.
Espérate, que no solo tenemos estas 3 variables, sino que también tenemos la variable cambio: nuestras necesidades, preferencias y circunstancias están siendo constantemente alteradas precisamente porque nosotras mismas estamos cambiando todo el tiempo.
Siguiendo con ejemplo:
Pat ahora mismo, por la situación en la que está, probablemente necesita más ayuda física, con los recados de casa (o “actos de servicio” si hablamos de los famosos lenguajes del amor), a que la llenen de halagos (que tampoco sobra ni es excluyente).
Y espérateeeee, que la magnitud de lo que damos no solo depende del esfuerzo que nos supone dar, sino de las manos de quien lo recibe.
Siguiendo con ejemplo:
A Pat no solo no le gusta cocinar sino que su esguince hace que hacerlo ahora mismo se le dificulte el triple. Por otro lado, a Diego le encanta cocinar, y ahora lo hace por ella. A Pat le hace el día entero recibir esa comida, aunque a Diego ni siquiera le supone un esfuerzo.
Ahora que sabemos todas las variables que intervienen, además de lo subjetivo que es todo ¿cómo sé si mi relación es recíproca? El primer paso es atender a nuestros sentimientos (si, a eso que no nos han educado para atender).
En alguno de tus vínculos, ¿estás experimentando sensaciones de desgaste e insatisfacción? Podría ser una señal de que percibes que das más de lo que recibes. Aquí las posibles soluciones pueden ser miles: conocer mejor tus necesidades y preferencias, valorar tus circunstancias, ajustar expectativas, ser asertiva con tu pareja, etc. El primer paso es identificarlo.
La idea es que al final una relación nos compense, nos salga medianamente “barata”, nos resulta en una buena relación coste- beneficio a final de cuentas. No porque hay que capitalizar las relaciones, sino porque precisamente la razón principal por la cual estamos aquí como especie es por los siglos que llevamos intercambiando cuidados entre nosotras. El amor no es ni completamente incondicional ni puramente altruista.2
Te preguntarás, ¿cómo aplica esta visión de la reciprocidad al famoso tema de “ya estamos en 2023 y lo hombres no pagan sino que debería ser 50/50”? A lo mejor podríamos hablar de esto en otra entrada más adelante.
Aquí dejo un Reels de Instagram de ayer donde hablo de lo relativo que es lo que tenemos para ofrecer en una relación, con una metáfora empresarial (siguiendo con la jerga que aplico, porque la loba no sale de WallStreet).
Aquí otro post de Instagram que hice hace milenios sobre este tema (antes de asimilar que el diseño gráfico no es mi pasión).
De paso pueden seguirme por ahí, por Twitter o por TikTok :)
(Les voy a agradecer un montón el feedback sobre mi primera newsletter, por cualquiera de mis redes sociales o respondiendo a este e-mail).
Hasta la próxima, mi gente <3
En esta newsletter me centro en el vínculo de la pareja, pero puede ser aplicado a cualquier vínculo sentimental, incluyendo de amistad o familiar.
Las únicas relaciones de cuidados no recíprocas son aquellas relaciones verticales de cuidadores (es decir, madre/ madre e hijos/hijas y dinámicas similares).
Tienes una manera estupenda de explicar las cosas! Qué alegría que ahora tengas un Newsletter :)
Hermoso texto!